C.I.MA.Comité Humanitario

Objetivos del Desarrollo del Milenio

Objetivo 4 Reducir la mortalidad infantil

Child Soldiers

War, Revolution, Invasion, Resistance, Civil War. Children are not immune from the detrimental effects of armed conflict. They bear the bombs, die in mortar attacks and are the most vulnerable to die from wounds that an adult might live through. If they are allowed to die as “collateral damage” in a battle-zone when grown-ups fight, why shouldn’t they be allowed to fight for their country, village, family, clan, ideas, beliefs and faith?

Or are they too precious or innocent that the international community, as part of our common civilization, must step in and ban all form of participation of children in war. Several political, legal, philosophical, religious, cultural and ethical questions arise: What is a child? Is there a difference between a 16 year-old who fights for his country after it has been unjustly invaded and a 10 year-old that has been abducted by an unrelated band to fight its battles? Is there a difference when it is a member-State’s government that enlists the child as a soldier of its armed forces as opposed to an illegal armed group? Are they bound by the same standard? What about a small, poor, under trained and outgunned revolutionary organization that is fighting a just battle and must resort to recruiting whatever it can get? Is there a universal definition to what constitutes a child? Are cultural differences relevant? Does the individual child’s opinion matter? Are we not taking sides when we tell a revolutionary organization it cannot recruit children when it faces a powerful war machine that can be a tyrannical dictatorship or a foreign occupier?

It is obvious most child soldiers are involuntary, exploited and bound to be sacrificed in the battlefield. It is also obvious that most of them can’t really decide for themselves what the wish to do, as an adult would. But there are theoretical and, most importantly, practical matters that pose a serious obstacle to any attempt to solve, correct or manage the situation. First, as we have stated, there are many shades of gray that hide scenarios where a young soldier may justly serve as a combatant. Is there truly a universal answer? Second, if a government is fighting an insurgency that has in its ranks child soldiers, what exactly are they supposed to do about it? Not shoot at the children who are shooting back? Arrest the people that they are desperately trying to fight off? It is not just a matter of “more education”, “international conferences”, “financial incentives” to the groups or countries that recruit young soldiers or other general, generic and obvious answers. We need much more. We need to actually debate the political issue and find real-world solutions. Wars that have children as soldiers cannot be solved with “We are the World” proposals.

All delegates must be prepared to defend their countries record on this issue and its position on universal and specific conflicts that have involved child soldiers, to propose solutions that are politically, legally and actually viable.

Tráfico de niños

Vivimos en un mundo donde todo se puede convertir en mercancía: el agua potable que necesitamos todos los días para sobrevivir, la salud, la educación, nuestros derechos más básicos. Muchas personas poderosas en diferentes partes del mundo han logrado ponerle una etiqueta de precio a todo y están dispuestos a comprarlo. Otros están dispuestos a venderlo.

Por muchos años la comunidad internacional ha intentado sacar del comercio muchos bienes que considera inajenables: los órganos humanos, armas de destrucción masiva, tecnología nuclear. Muchos pensábamos que nuestros cuerpos y que nuestros hijos e hijas también estaban fuera del mercado. El capitalismo moderno se ha encargado de desmentir ese pensamiento. Todo está a la venta.

Al igual que el fenómeno del narcotráfico, los estados-nacionales en ambas partes de la ecuación están en una encrucijada. Por un lado, los países desarrollados son la principal fuente de demanda de esta nueva preciada mercancía: los hijos e hijas de los pobres de los países en vía de desarrollo. Muchas veces son sectores adinerados, poderosos y con las conexiones políticas correctas los que más se lucran, benefician y se aprovechan del tráfico laboral y sexual de estos niños. ¿Qué, además de hipocresía, podemos esperar de los gobiernos de los países que a diario sus ciudadanos compran niños? Por otro lado, los países en vía de desarrollo son la principal fuente de la oferta que nutre la demanda previamente aludida. Pues, en fin, los compradores de los países desarrollados no compran a los niños de sus con-ciudadanos (aunque ese fenómeno también es parte de nuestra realidad). Existe, indudablemente, un elemento de racismo y xenofobia en este asunto. Son los hijos e hijas de los pobres del África, los huérfanos de Europa Oriental y los niños de las calles de América Latina las principales víctimas de este tráfico. ¿Qué, además de complicidad, podemos esperar de los gobiernos de los países cuya principal exportación son sus niños y constituyen, no meramente fuente de ingreso para sus secuaces, sino menos bocas que alimentar y menos pupitres que comprar?

Padres que los abandonan, gobiernos que les privan de sus derechos, compradores que los ven como objetos y propiedad. Ese es el panorama que a diario miles de niños y niñas de 4, 8, 12 años tienen que enfrentar. No pueden hablar por sí mismos. Nos corresponde a nosotros.

Los delegados y delegadas del Comité deben estar profundamente familiarizados con el estado actual de esta crisis mundial y venir preparados, no tan solo para debatir nuestro repudio compartido por esta realidad, sino para hacer lo que hasta el momento no ha sido posible: proponer cómo lidiar con esta nueva pandemia.

Las delegaciones tienen hasta el domingo, 17 de octubre, para enviar los documentos de posición a amboscorreos electrónicos. Delegaciones que entreguen el documento más tarde serán penalizadas. Cualquier pregunta no duden en contactarnos.

Jorge FarinacciLauriann Renta